Cuantas veces te ha pasado que no sabes si tienes la piel deshidratada o la piel seca? Es muy común no saber diferenciar ambos términos, aunque en pocas palabras, la piel deshidratada carece de agua, mientras que la piel seca carece de aceite.
En ocasiones tendemos a confundir ambos términos, lo que puede hacer que acabemos usando productos desacertados para nuestra piel.
La piel deshidratada carece de agua de manera similar a la piel seca, la piel deshidratada presenta síntomas que incluyen picazón, descamación e irritación, aunque la tirantez, las líneas pronunciadas y la falta de brillo también son signos a considerar. La deshidratación puede ocurrir debido a una variedad de factores.
Las bajas temperaturas puede ser un factor importante, también vientos fríos o el aire acondicionado ya que extraen la humedad de la piel, o las duchas muy calientes y largas. Todos estos factores tienden a privarse de nuestros aceites naturales de la piel, lo que al mismo tiempo permite que el agua se escape de la superficie de la piel.
Para mantener la piel hidratada también es importante mantener una dieta equilibrada, privarse de alcohol y alimentos procesados.
En cambio, una piel seca es aquella que presenta una falta de lípidos esenciales o grasa. Nuestra piel necesita hidratación e humectación para mantenerse fuerte y brillante. Si te notas la piel sensible o reseca, el aceite de oliva es un hidratante orgánico maravilloso para tu piel, con poca cantidad sobre una zona de tu cuerpo serás capaz de eliminar las partes más resecas.
Si te notas la piel seca te recomendamos usar nuestra lujosa crema hidratante que tiene como principal ingrediente nuestro propio aceite de oliva por lo que es rica en vitamina E, fenoles y escualos que ayudan a prevenir la oxidación de la piel y ayudan a regenerar, reparar e hidratar sin engrasar la piel.